De amanecer y atardecer mirando al sol,
cual gaviotas sin alas,
sin poder ser libres,
con los pies enterrados, profundos sin movimiento,
estancados en lugares inhóspitos,
lejos de tu playa
lejos de tu sol
lejos de tu luna
y de tus estrellas mundanas
así encuentro las piezas de mi alma
todas esparcidas, cuales ramas sin árbol
sin sus hojas, sin la vida que anhelaba.
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